Las mujeres, esos maravillosos tesoros que nos ha regalado la vida, son sinónimo de delicadeza, ternura, sentimiento puro, solidaridad afectiva y, algunas veces (¿por qué no?) de dolor cuando parten o no nos corresponden como pretendemos.
Frases que siempre que deseamos escuchar de una mujer:
- “Sí, a mí también me encantaría conocerte, porque eres genial”. Cuando recién nos ha gustado una mujer y pretendemos cortejarla, esta frase suena a “música celestial”.
- “Sí, estupendo ir a cenar. ¿A qué hora vienes por mí?” Será la primera oportunidad para tenerla cerca y en un ambiente de relativa intimidad.
- “También la pasé delicioso, ¿a qué hora me llamas mañana?” Esta será la mejor de todas las señales de que existe algún interés de parte de ella.
- “Hola, cómo estás. He estado extrañando tu llamada”. Es una “hermosa melodía” para cuando, por compromisos laborales, no hemos podido llamarle, aun deseándolo.
- “Yo también te he pensado mucho. No te imaginas cuanto”. Sentirse correspondido y afectivamente acompañado, nos brinda una exquisita sensación de calidez y seguridad.
- “Adoro tus besos y tus caricias. Me inspiran de todo”. Cuando ya se asoma el hermoso erotismo afectivo, todo se acerca a la plenitud en el amor.
- “Me muero por estar contigo en la intimidad”. Quiero hacerte el amor y que tú me lo hagas a mí”. Quién desee escuchar algo más bello, no está en sus cinco sentidos.
- “Anoche me hiciste sentir mujer. Hoy amanecí siendo la mujer más feliz del mundo”. Qué hombre no se siente pleno, ante semejante manifestación?
- “Nos vamos de fin de semana? Quiero estar, a solas, contigo”. La respuesta será, por supuesto, un rotundo “SÍ”.
- “Te amo”. No comment. Todo está dicho.
